26 de juny del 2018

Amigurumis Les 4 estacions

UN GRAN DESAFIAMENT


Camuflatge

És un privilegi viure dins la ciutat i poder gaudir de plantes, flors i sens dubte de la petita fauna que hi conviu.
En general puc observar un munt de curiosos insectes que molt metòdics cada dia fan el seu recorregut.
De papallones també en venen, però la que he vist avui m'ha deixat sorpresa.
He al·lucinat al veure·la.
Quin gran poder de camuflatge!
Realment la natura és sorprenent.


24 de juny del 2018

Pisa, Florencia, Pompeya, Nápoles, Vesubio y Sorrento

Semana Santa 2018

PISA, FLORENCIA, POMPEYA, NÁPOLES, VESUBIO Y SORRENTO

Salimos de Terrassa el día 26 de marzo del 2018, a las 9 horas
¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿Destino??????????
Cargamos la autocaravana de comida, con la intención de hacer las comidas en ella, y ropa para tiempo diverso, aunque la verdad no nos apetecía mucho viajar a un lugar con lluvia pues el fin de año fue bastante pesado.
Al cruzar la Junquera miramos la predicción del tiempo en Francia y, la verdad, esto nos hizo recapacitar. 

Así que en un "plis" cambiamos la ruta, ventajas de viajar en autocaravana, preguntamos a Google, dónde encontrar sol en Europa y… Italia se mostraba soleada, pues ¡Allá que vamos!



El viaje muy tranquilo, haciendo las paradas justas y necesarias.
Llegamos a la ciudad de Pisa a las 22 horas.
Aparcados en Área Pisamo




Contacto:
Parcheggio Camper Pisamo 
Viale Gabriela d'Annunzio 252-264, 56100Marina di Pisa, Italia
Tel.: +393393232787 | 
Sitio Web
GPS:
N 43.67909, E 10.27894
N 43°40'45", E 10°16'44"

Martes 27 de marzo 2018

Noche fresca y sobre todo tranquila, desayunamos divinamente y salimos hacia la Piazza dei Miracoli. Allí se encuentra la famosa Torre inclinada, el Baptisterio y el Duomo. Todo el conjunto arquitectónico admirado por multitud de turistas que adoptan mil posturas para conseguir fotos  artísticas o, por lo menos, divertidas.
Desde el mismo Parcheggio hay un bus que te acerca al centro de la ciudad. Nosotros, que cuando viajamos caminamos muchísimo, decidimos dar un paseo hasta el centro. Unos 30 minutos muy agradables.









Fotos, visitas y también postureo, por qué no, y ya regresamos a la auto. Comemos y dejamos Pisa para dirigirnos a Florencia.

Destino Gelsomino
Contacto:
Parcheggio Gelsomino SCAF 
Via del Gelsomino 11, 50100 Firenze, Italia
Tel.: +39055363362 | Email: 
info@scaf.fi.it Sitio Web
GPS:
N 43.75176, E 11.24379
N 43°45'06", E 11°14'38"




Esta área está un poco retirada, así que hay que coger el autobús que tiene justo la parada enfrente. Llega el bus, subimos pero no vemos máquina expendedora de billetes, preguntamos al conductor quien, nada amable, nos dice "tabakino, tabakino".
Buscamos dónde comprar, en unos metros encontramos un quiosco y compramos los billetes para el mismo día y el siguiente. 
Regresamos a la parada y nos montamos en el 11, Núria tiene buena habilidad con el móvil para encontrar localizaciones y líneas de transporte. De ese modo vamos muy bien.

                                    

Quiero destacar que los conductores de autobuses son peculiares, aceleran muchísimo por calles estrechas y con obstáculos. Aconsejo pues, agarrarse muy bien.
Nuestra parada, Ponte Vecchio.
El Ponte Vecchio es el símbolo del romanticismo que inunda toda Florencia. En los siglos XV y XVI sus casas colgantes estuvieron ocupadas por carniceros y matarifes pero, cuando la corte se mudó al Palacio Pitti, Fernando I ordenó cerrar las tiendas por el mal olor que desprendían los puestos.
Desde entonces las tiendas han sido ocupadas por joyeros y orfebres. Lo que se vende es precioso y a unos precios inalcanzables.
El puente, muy concurrido. Todo reluce, piezas maravillosas. En fin, aplicamos el dicho de “Lo verás, pero no lo catarás”.

















y seguimos pateando el centro de Florencia, disfrutamos del arte, de la arquitectura, y de los colores que el atardecer nos ofrece.









Decidimos regresar por el mismo Ponte Vecchio, determinación que nos hace disfrutar viendo los puentes sobre el Rio Arno que cruza la ciudad, con la iluminación del anochecer. 










Miércoles 28 de marzo del 2018

Despertados, desayunados y bien equipados cogemos el autobús número 11, bien agarrados y casi con los ojos cerrados, nos adentra hasta el centro de la ciudad. Nos detenemos muy cerca de la catedral. Duomo de Florencia y Santa María del fiore.

El Duomo de Florencia es un referente para cualquiera que va de viaje por la Toscana. Su importancia no sólo viene dada por la belleza de sus formas, si no que adquiere dimensiones mayores cuando la observamos a través de la perspectiva arquitectónica. Estamos ante una de las infraestructuras más concienzudamente construida en Italia. Y no en vano, el simple hecho de que hasta hace bien poco el secreto de su cúpula -incomprensiblemente grande y pesada como para ser sostenida por la estructura- no fuese descifrado, le otorga un valor añadido.

                        
                                         

                                   

De especial belleza son las puertas de la catedral, fabricadas en bronce con relieves temáticos. La puerta del este, obra de Ghiberti, conocida como la Puerta del Paraíso conmemora la salvación de Florencia de la peste que mató casi a la mitad de la población; y refleja escenas del Antiguo Testamento en sus diez paneles. 

                                      

El Baptisterio y el Campanario


El “milagro” de la cúpula del Duomo
Gran parte de la fama de la catedral se la lleva la cúpula, construida sin usar sostenes para apoyar los arcos. Su planta octogonal tiene 46 metros de diámetro y se sostiene a 114, 5 metros de altura; y el enorme peso implicaba un verdadero ingenio que sólo Brunelleschi supo idear, no sin antes ser objeto del escepticismo de sus propios conciudadanos.


Piazza della Signoria y Palazzo Vecchio

La Piazza della Signoria, junto a la del Duomo, es la plaza más famosa de Florencia y uno de los principales lugares que visitar en Florencia. Sus edificios, monumentos y esculturas la convierten en un verdadero museo al aire libre. Sus lugares más destacados son el Palazzo Vecchio con su impresionante Sala del Cinquecento, la Logia dei Langi en la que destaca el Perseo con la cabeza de Medusa, las esculturas de mármol de Hércules y Caco y sobre todo la del David de Miguel Ángel (la original se encuentra en la Galería de la Academia) y la impresionante Fuente de Neptuno.

                                  
                                        




Galería Uffizi

La Galería Uffizi contiene una de las colecciones de arte más importantes del mundo. 


Mercado de San Lorenzo

Situado en la plaza de San Lorenzo, en el centro histórico de Florencia, el mercado de San Lorenzo es uno de los más antiguos de la ciudad italiana. Es conocido por los productos de cuero, la materia prima estrella del lugar. Se exhiben desde carteras, bolsos o cinturones hasta zapatos de cuero. Conviven con puestos de souvernirs y de antigüedades. Muy cerca está el mercado central, donde se venden frutas, verduras y pan recién hecho.











La Fontana del Porcellino es uno de esos puntos de Florencia que tenemos que visitar . Se trata de un jabalí de bronce muy famoso entre los turistas de la ciudad.

Este es uno de esos puntos entrañables y típicos que tienen todas las capitales europeas. Roma tiene la ‘Bocca della Verità’, Praga el relieve de la estatua de San Juan Nepomuceno en el puente de Carlos, Bruselas la estatua de bronce del héroe Everard´t Serclaes…



El brillante hocico de la Fontana del Porcellino demuestra que se frota cientos de veces al día. Según la tradición, frotarlo garantiza que tendremos fortuna o que volveremos a la ciudad.

Sobra decir que hay muchos más encantos que también són motivo para querer y endulzar un poco más la visita a esta espectacular ciudad.








Damos por visitada Florencia, muy satisfechos ya que en esta época la temperatura es muy agradable, el turismo siempre abundante pero algo menos que en verano.

Algo a tener en cuenta son los horarios de estas fechas ya que al ser Semana Santa hay cultos religiosos que requieren intimidad y se restringen las visitas a los monumentos.

Nos dirigimos hacia la Iglesia de Santa María Novella, con una preciosa fachada de mármol blanco y verde. Es la sede de los dominicanos de la ciudad. Aquí mismo tenemos parada del bus que “rápidamente” nos acerca al aparcamiento.




Dejamos Florencia a las 14:30h dirección Pompeya, hay una buena tirada, pero con decisión llegamos al Caming Zeus.

                           

Nombre: Camping Zeus
Población: Pompeya
Dirección Via Villa Dei Misteri 3, 80045 Pompei, Italia
Tipo: Camping
Gratuito: No (17€/noche - Furgo + 2 personas en Julio 2011)
Agua: Si
WC: Si
Web con información de la zona: http://www.campingzeus.it/


Coordenadas:
40.749309,14.480839 (Según Google Maps) +40° 44' 57.51", +14° 28' 51.02"


Ya es de noche pero podemos elegir donde aparcar, no está muy lleno, los naranjos están por todas partes, son árboles bajitos lo cual complica la entrada en las parcelas, ¡¡¡¡pero, prueba superada!!!! Aunque con dificultad, aparcamos.
El camping tiene los servicios necesarios, pero la seguridad es lo que más agradecemos ya que en territorio italiano es importantísima.
Hacemos un buena cena, descargamos fotos y a descansar.




Jueves 29 de marzo del 2018

Tengo necesidad de expresar mis sentimientos. Desde siempre, Pompeya ha sido uno de los lugares que he querido visitar, pero cuando había ocasión para planificar la visita era en verano. A la vez verano significa calor y Pompeya arde, o sea que para mí era un reto imposible, el calor me es difícil de tolerar.

Siempre veíamos Pompeya como un destino lejano para hacerlo en pocos días. No comprendo cómo tomamos la decisión, la cuestión es que, sin pensarlo, aquí estamos.
Justo salir del camping a la derecha vemos la estación de tren, trenes que van hacia Nápoles y Sorrento. Destinos que también son interesantes. Dan que pensar.

                            
                                           

Y unos pasos adelante ya encontramos la entrada a la ciudad de Pompeya. 


En las oficinas donde venden las entradas te adjuntan un plano y una guía muy explicativa que aconsejo leer atentamente para organizar el recorrido. 
En un día es imposible hacer la visita al completo, así pues, es mejor ver pocos distritos, pero bien visitados.
Pompeya fue una ciudad de la antigua Roma que quedó sepultada por la gran erupción del Vesubio en el año 79 d.C.
Al ser sepultada con tanta violencia y de forma repentina, la ciudad presenta un estado de conservación inmejorable, mostrando la mayoría de sus edificios, elementos decorativos, e incluso los restos de algunos de sus habitantes.
Entramos por Puerta marina, una de las entradas mas importantes.
Ante todo admiración por el trabajo hecho por historiadores, arqueólogos, investigadores i profesionales en mantenimiento.
Quedo perpleja, incluso olvido que estamos en Italia, todo está muy limpio y bien cuidado.




Ya con plano en mano nos trasladamos a aquella época, no es difícil ya que todo está tan vivo que casi puedo escuchar el ajetreo de los carruajes, el griterío de las gentes, el bullicio delante los mostradores de la alimentación, incluso el ruido de las ruedas de los molinos panaderos. 







Casi puedo oler a pan recién hecho.




De tabernas no faltan, creo que tenían mucha importancia ya que en ellas  se reunían gentes de muchos países. Todo lo que puede tener una ciudad romana está ahí.



Sus gimnasios, sus termas, templos y santuarios. Los labrados en paredes y techos, increíblemente bien conservados.









Merece la pena mencionar lo avanzados que estaban en el tema de las aguas, las tuberías de plomo recorrían la ciudad. Se puede ver perfectamente la infraestructura utilizada. Fuentes tanto en interior como exterior de las viviendas describen la importancia del agua para esta civilización.








Entramos en el foro, una gran avenida rodeada de columnas que dan fe directa de la catástrofe producida por la lava incandescente. Se observa como la piedra está quemada.
I allá al fondo, como presidiendo la ciudad desde la lejanía, está el Vesubio, atento, desafiante y a la vez con una mirada inocente. Pero parece que diga: recordad que sigo aquí.







Por su distribución, decoración, pinturas, mosaicos y jardines se deduce si quienes habitaban las casas eran de la nobleza o bien familias sencillas.







No quiero olvidar la cantidad de objetos de cerámica en muy buen estado, y también algunas estatuas de personas o animales totalmente calcinados, realmente impresionante.






En resumen, toda la ciudad desprende un montón de sensaciones, sensaciones que te hacen remontar en la historia, en tiempo de los romanos. ¡Quien no ha visto películas!, pues efectivamente es un escenario real el cual te hace viajar a traves de la historia.
La ciudad es tan grande que incluso con gran cantidad de turistas sigues  respirando una paz especial.










Mucho de lo hallado está en el museo de Nápoles, no hemos estado, pero pienso que debe ser muy interesante.
El recorrido que hemos hecho ha sido de unas 7 horas de duración. Unas  3 regiones visitadas, queda mucho, pero si Dios quiere seguro que volvemos. Con suerte seguirán excavando y descubriendo más terreno, así pues, más cosas por ver.
Después de la buena visita regresamos a la auto para comer y descansar un poco.
A continuación, con energía nos dirigimos a la estación de tren. Preguntamos horarios y precios para ir a Nápoles.
Nápoles está a 45 minutos de Pompeya, la estación, estilo italiano, hierbas a montones, suciedad abundante, mantenimiento zero. En fin paciencia y aceptar lo que hay.

Llega el tren, eso parece, pintarrajeado a tope, nos montamos y rezamos, para que no descarrilara, ¡buaaaaa! ¡como se mueve!, ¡cuanto ruido!, y al frenar olor a freno quemado. Nadie se asusta, o sea, todo es normal.
Complicado leer el nombre de las estaciones, las hierbas cubren los letreros, los paneles no funcionan. Por fin llegamos a Nápoles, bajamos del tren y… buf buf, olor a pipis exagerada. Buscamos la salida al exterior y por fin ¡aire!. De momento aspecto de una ciudad normal.

Nos dirigimos a un punto de información, nos asesoran para una breve visita de una tarde. El muchacho nos marca una ruta para visitar el centro histórico y allá que vamos.
Tenemos que cruzar una gran avenida, cosa complicada, pasos de peatones escasos y desconocidos por los habitantes. Caso omiso, nadie se detiene.

Seguimos, y observamos que el chico de la info nos hace dar una vuelta considerable, nosotros pensamos, vaya tontería, así que cortamos por la tangente. Madre mía donde nos metimos, los coches aparcados en doble fila y con los volantes asegurados, nos miran grupitos de personas con miradas desafiantes, entre coche y coche un tendedero con ropa, roban en nuestra cara una moto, basuras en el suelo. Decidimos rectificar y volver a buscar el camino señalizado.




 Por fin llegamos a Spaccanapoli centro histórico de Nápoles, calles estrechas con un especial encanto, tiendas abundantes, bares, restaurantes, todo amenizado con sabanas y demás ropa tendida que cruzan la calle. Tiendas de artesanía propia de Navidad, miniaturas de pesebres en urnas de cristal, panderetas decoradas y guindillas por todas partes, en versión llavero, delantal, taza, etc., se adaptan a todo.

Debe ser muy típico de la ciudad encontrar una gran portada que da a un patio interior donde se ven un montón de viviendas.



















También muy normal que mientras vas andando se te cruza una vespa con 3 personas en ella, sin casco y la que conduce está fumando.


Visitamos La catedral de San Genaro, es el monumento religioso más importante. La sangre seca de San Genaro se conserva en dos ampollas de vidrio en la capilla del tesoro. Se dice que, como prodigioso fenómeno y a la vez un reto científico, La sangre de San Genaro suele licuarse tres veces al año.













En Nápoles, no sólo se atribuye este prodigio a San Genaro, sino también el haber librado a la ciudad en diferentes oportunidades de las erupciones del volcán Vesubio. 
Después de dar buenos paseos nos acercamos a la pizzería más famosa del mundo, L'Antica Pizzeria da Michele, pero hay colas interminables y nosotros estamos pendientes del tren.



Así pues, dejamos la ciudad, aunque sin dejar de sorprendernos hasta el último momento, ya que aparecen unas niñas de unos 12 años conduciendo una moto, sin casco y por dirección prohibida.



En fin, nos llevamos con nosotros un cúmulo de sensaciones, no sé si decir extrañas o sorprendentes. Lo que sí puedo decir es que Nápoles es única, sorprendente y caótica. Una ciudad llena de contrastes.
Ya en la estación y en el tren, nuestra reacción es digerir los últimos acontecimientos, y llegamos a la conclusión que hay que volver, con tiempo para poder saborear esta sorprendente ciudad.
Muy cansados ya que el día ha sido bien aprovechado, nos retiramos a descansar.


Viernes 30 de marzo del 2018

Hoy día soleado y con un gran reto por conseguir, subir al Vesubio.
El conocimiento que hasta el momento tengo del Vesubio es de un volcán que ha hecho bastantes fechorías. Los volcanes siempre han sido de gran interés para mí, ya que todo lo relacionado con la tierra me es valioso.
En nuestro viaje a Islandia tuve ocasión de acercarme a ellos y poder sentir, oler y vivir muy cerca de este tipo de montañas.
El Vesubio nos ha mostrado que en sus tiempos jóvenes fue muy pero que muy poderoso. Así pues me ilusiona poder estar justo en su gran bocaza.
Justo a la salida del camping hay parada del bus, se compra el billete allí mismo, 3.10 euros.





Arrancamos yendo a la velocidad característica del país, mientras circulamos por autopista bien, pero ya al empezar a subir montaña, curva va y curva viene. A ambos lados de la carretera se pueden ver restos de lava, pero ya poca, pues la vegetación con los años ha ido cubriendo el terreno hasta convertirse en bosque. Yo creo que ha habido diferentes fases de distintas erupciones.






 Ya nos detenemos y debemos sacar billete para entrar al parque. 10 euros.




Y, ¡hala! ¡A caminar!, según he leído dicen que se alcanza la cima en unos 30 minutos, yo digo que entre alguna parada para fotografiar o bien para respirar, unos 45 minutos sería más exacto.




Ya arriba unas vistas preciosas, por un lado, el golfo de Nápoles, por otro, el cráter del volcán, un buen diámetro y en algunos rincones observamos que sale humo, realmente está vivo.











Nos ha gustado caminar alrededor del cráter, observamos como la vegetación empieza a brotar, primero los líquenes que darán paso a plantitas, estas lucharán por sobrevivir en medio del terreno formado mayoritariamente por lava. 






        
Hemos recordado nuestra querida Islandia, aunque muy diferente, consideramos la experiencia muy positiva.

                                                                                  


Vamos bajando hasta la parada del bus que nos llevará de vuelta.



Nos aseamos, comemos y mirando el reloj, pensamos, una tarde completa. ¿¿¿¿¿¿¿Dirección???????

Nos vamos a la estación y vemos que Sorrento está a 30 minutos, y con tanta suerte que aparece un tren directo, así que en 15 minutos llegamos a esta bonita ciudad.

Sorrento
Hablar de Sorrento es hacerlo, inevitablemente, de sus limones con D.O. Gracias a ellos, se ha convertido en una de las cunas mundiales de la fabricación de limoncello. 






Sorrento mira al mar. Sus calles se cuelgan de acantilados desde los que se puede vislumbrar la bahía de Nápoles y el imponente Vesubio.









Nos perdemos por sus calles peatonales entre souvenirs, tiendas de artesanía, fruterías y la algarabía propia sorrentina.

                           



                          


                           

 La Catedral de Sorrento es fácil perdérsela, el edificio está justo al lado de la carretera y flanqueado por el palacio del obispo, sin una gran plaza en frente.
El exterior de la catedral no representa del todo su interior. 
A parte de la gran cantidad de obras de arte que hay, se puede apreciar un buen montón de trabajos de marquetería de madera realizados por artesanos locales. Merece la pena la visita.
Las cofradías reúnen a sus participantes, preparándose para la procesión de Viernes Santo. Todo hombres y vestidos de negro.

                                       



















Todo el casco histórico se encuentra rodeado de las murallas originales del siglo XVI.
                         
Lo que nos sorprende es su limpieza y sus cuidados. La vegetación muy exuberante, imagino que el clima es fundamental y apropiado, todo es muy grande, los limoneros, sus frutos, incluso las plantas ornamentales son muy frondosas.










El limón es de gran importancia, la mayoría de las tiendas ofrecen jabones con olor y forma de limón. Así pues, entre fruterías i jabones el aroma de este preciado cítrico invade la ciudad.



Damos un largo paseo por el puerto, sus aguas color turquesa se funden en playas que en esta temporada están desocupadas, desde aquí admiramos la isla de Capri que se divisa a lo lejos.



Para descender a las playas hay posibilidad de hacerlo con ascensor. Recuerdo que Sorrento está en un acantilado y abre paso a la ruta por la Costa Amalfitana, costa que si Dios quiere también habrá que visitar algun día.

Ya nuestros cuerpos nos dicen que mejor vayamos de vuelta, así que al tren y al camping.
Otro día muy bien aprovechado y magnífico.


Sábado 31 de marzo del 2018

El plan para hoy es ya emprender la vuelta a casa, necesitamos dos días ya que imposible hacer el viaje del tirón.

Cuando estamos en Italia tenemos por costumbre parar en un gran supermercado con el fin de dar un paseo por el pasillo de la pasta y, ya puestos, comprar para amigos y familiares.
Conociendo al "conductor", una vez pone el chip de regreso no hay quien lo pare, así que propongo acercarnos a un Auchan que hay en el mismo Pompeya. ¡Que magnífica idea!, en primer lugar aparcamiento especial para autocaravanas, ¡Bravo!, muchos supermercados ponen barrera de prohibición.
                               

 Entramos y ¡Ohhhh!, maravillosa sorpresa, se acerca la Pascua y también en Italia lo celebran, huevos de chocolate y una especie de tortas tipo "panettone".
Disfrutamos de una excelente decoración y aprovechamos para comprar  piezas de chocolate para decorar las monas que obsequiaremos a nuestros ahijados/as. 







Nos encantan sus formas y diseños y, sobretodo, los precios.
Ahora que ya las hemos comido puedo decir que el chocolate estaba riquísimo.
Paseamos por el largo pasillo de pasta y llenamos el carro. 



Núria se deleitó con los productos Bio, con una buena selección de ellos acabamos la compra.

                           
Todo bien guardado en la autocaravana y ya autopista cruzando Italia.
Por horario decidimos hacer noche en la Spezzia, mientras un nubarrón nos ofrece una buena descarga de granizo, agua y electricidad.




Todo controlado, llegamos a la Spezzia casi a punto de cerrar el área.
Es sábado y la pizza no puede faltar, la guisamos en la sartén como es habitual y cena lista.



Esta área es donde aparcamos el verano pasado para visitar Cinqueterre.


Contacto:

Area Comunale 
Via delle Casermette19100 La SpeziaLiguria [GE-IM-SP-SV] / Italia
Tel.: +393317233910 | Email:areacamper.sp@libero.it

GPS:

N 44.10402, E 9.85932
N 44°06'14", E 9°51'34"


Domingo 1 de abril del 2018

               

A las 8 de la mañana abren el aparcamiento, nosotros ya estamos delante de la oficina y, bajo un sol radiante, emprendemos el camino hacia casa, con tranquilidad y sin mucho tráfico llegamos a Terrassa a las 21 horas.

Total 2.162 Kilómetros

Valoración.
Una Semana Santa muy bien aprovechada y, sobre todo, sorprendente ya que sin preparar la ruta salió todo redondo.
Habrá que repetir para hacer la costa Amalfitana, unos distritos más de Pompeya y Nápoles en todo su esplendor.
Ya tenemos otro viaje más para hacer con nuestra autocaravana. Solo necesitamos salud e ilusión.